En la actualidad, es de todos conocidos que los medios de comunicación de masas son considerados un elemento que forma parte de la vida de los niños, influyendo de manera directa en su percepción de la realidad y del mundo en el que viven. Por tanto son una fuente de aprendizaje para ellos, pues a través de estos medios aprenden contenidos, adquieren cultura, comportamientos y hábitos, convirtiéndose en definitiva en agentes que influyen en su proceso de aprendizaje y socialización.
Por consiguiente, no podemos negar que los medios de comunicación tienen influencia en el proceso de aprendizaje del niño y en su forma de aprender. Sin embargo, la postura de la escuela ha sido siempre reticente, ofreciendo una perspectiva en la que se consideraba que estos influían pero negativamente en la educación y formación cultural, sin ser conscientes de la posible aportación pedagógica que pueden ofrecer.
Sin percatarse, los niños aprenden de los medios: conocimientos, prácticas sociales y entran en contacto con aquellas realidades en las que no podrían interactuar si no fuera por medio de ellos.
Esto hace que puedan reflexionar sobre su persona, familia, amigos, etc…
Durante años eran muchos los docentes que mantenían (y algunos todavía lo mantienen), la concepción de que los medios de comunicación ofrecían información contradictoria en relación al aprendizaje que los niños adquirían en la escuela, lo que suponía una intromisión en el trabajo realizado por el docente a lo largo del proceso de enseñanza- aprendizaje, es decir se les consideraba como intrusos que actúan perjudicando el producto de su trabajo. Este paradigma esta basado en los siguientes postulados:
- Tendencia a ignorar los medios de comunicación por la influencia negativa que ejercen sobre el aprendizaje.
- Acciones de protección sobre los alumnos, con el fin de frenar su influencia.
- Puesta en práctica de un proceso de enseñanza.
– Aprendizaje en contra de los medios.
Pero realmente, ¿es realidad todo lo planteado anteriormente?
En nuestra opinión, no. Es incorrecto atribuir a los medios de comunicación una influencia negativa sobre el niño. La clave para evitar este efecto negativo, está en el uso que el niño haga del medio, no se puede hablar de medios positivos y negativos. Se debe partir de la base de que estos están diariamente presentes en nuestra vida, son una realidad con la que tenemos que aprender a convivir y por tanto, va a ser tarea de la escuela promover una educación para la realización de un uso correcto. Este objetivo se puede conseguir con impartición en las aulas de una Educación para los Medios.
En este sentido, la escuela debe plantearse los siguientes objetivos con respecto a los medios de comunicación:
• Enseñar al niño a seleccionar la información que recibe.
• Considerarlos como un recurso didáctico, como un elemento de apoyo para el proceso educativo, seleccionando aquellos que se pueden utilizar en los procesos de enseñanza- aprendizaje y descartando aquellos que se limitan al entretenimiento.
• Analizarlos como objeto de estudio y de conocimiento.
• Fomentar una educación de las nuevas generaciones cuyo objetivo sea la formación de espectadores, oyentes y lectores críticos.
• Incorporarlos como objeto de estudio a través de los temas transversales, con el fin que el alumnado adquiera una actitud que conlleve al análisis crítico y reflexivo del contenido que estos transmiten.
• Enseñar a los alumnos a analizar el papel que desempeñan los medios de comunicación en nuestra sociedad.
• Aprender a analizar la forma en que los medios organizan nuestro modo de ver el mundo.
La Educación para los Medios de Comunicación, es considerada como una forma de introducción en la cultura y un modo de entender la realidad social que nos ha tocado vivir, donde el conocimiento esta claramente influido por los medios, por consiguiente se convertirán en agentes de formación al igual que la familia y la escuela.
Realizar una incorporación de los medios en la escuela supone el ingreso en esta de la cultura usual de los niños. Así pues, no debemos verlos como algo negativo, sino como un recurso a utilizar por parte de los docentes para analizar críticamente la sociedad, enfatizando los contenidos culturales que aparecen en los mismos.
En última instancia y a modo de conclusión nos gustaría indicar que una adecuada Educación en Medios de Comunicación llevada a cabo desde las escuelas puede potenciar la cultura de los niños, porque los medios forman parte de su identidad cultural. De esta manera se contribuiría a la formación de sujetos activos, críticos, competentes desde el punto de vista comunicativo. Por tanto, su incorporación en el currículum de los centros como tema transversal va a ser vital para que el alumnado adquiera una comprensión del mundo objetiva y sea capaz de desarrollar una actitud crítica y analítica.